Durante el invierno chileno, la cocina tradicional se convierte en un refugio de calor y sabor. Entre los platos típicos que componen el patrimonio gastronómico de esta temporada destacan la cazuela, los porotos con riendas, las pantrucas y el curanto.
Estas recetas, profundamente enraizadas en la historia y la identidad del país, se transmiten de generación en generación, conservando sabores, texturas y emociones que evocan la memoria colectiva.
La cocina chilena invernal: tradición que reconforta
De todos ellos, la cazuela chilena ocupa un lugar especial en la mesa familiar. De origen mestizo, producto de la fusión entre el korü mapuche —sopa espesa de vegetales— y el cocido español, este caldo caliente de ave o vacuno con verduras como papa, zapallo, poroto verde y arroz, se adapta a las diferentes regiones del país, dando origen a variaciones como la cazuela de pava con chuchoca o de cordero en el sur, tal como se señala en la revista Ladera Sur.
Este plato no solo nutre, sino que representa un símbolo de identidad cultural que resiste el paso del tiempo.
Tradicionalmente preparado en ollas familiares sobre fuego lento, hoy es posible replicar su sabor y textura original con tecnología de vanguardia.
Tecnología en la cocina: preparar cazuela en horno combinado
Los hornos combinados Prática ofrecen una solución eficiente y moderna para preparar cazuela sin sacrificar calidad ni tradición. Gracias a su capacidad para controlar humedad, temperatura y tiempo de cocción con precisión, estos equipos permiten cocinar caldos intensos y carnes tiernas en menos tiempo, conservando los nutrientes y el sabor auténtico del plato.
El uso de un horno combinado Prática en la preparación de cazuela aporta múltiples ventajas: permite una cocción uniforme, reduce el tiempo de operación, garantiza sabor y propiedades nutricionales, y menos pérdida en el gramaje de las carnes. Aspectos clave para cocinas profesionales o institucionales que deben mantener altos estándares en grandes volúmenes.
Además, la función de cocción al vapor es ideal para preservar la humedad de los alimentos y realzar sus propiedades organolépticas- color, olor, sabor y textura. Elementos fundamentales en platos patrimoniales como este.
Así, integrar la tecnología Práctica en la cocina chilena invernal no significa reemplazar la tradición, sino potenciar. Es una manera de rendir homenaje a recetas ancestrales, adaptándolas a las exigencias actuales, tanto en productividad y practicidad como en estandarización.
Esta sinergia entre lo antiguo y lo nuevo abre la puerta a una gastronomía eficiente, respetuosa con el producto y conectada con las raíces culturales.
Mantener la tradición sin perder la esencia
Recuperar sabores patrimoniales en equipos de Alta Tecnología es una forma inteligente y práctica de mantener viva la herencia culinaria chilena.
En pleno invierno, preparar una cazuela con la ayuda de un horno combinado Prática no solo reconforta el cuerpo: reconecta con una identidad que sigue latiendo fuerte en cada cucharada.
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