Lograr el punto perfecto en la cocción de la carne es clave para garantizar su sabor, textura y seguridad alimentaria.
En el ámbito profesional, especialmente en cocinas industriales, mantener la consistencia y calidad en cada plato es un reto que requiere técnica, precisión y tecnología de punta.
En esta columna te explicamos cómo alcanzar carnes jugosas y sabrosas, con el apoyo de hornos combinados como los que ofrece Prática.
¿Por qué importa el punto de cocción?
El punto de cocción no es solo una cuestión de preferencia del comensal; es también una medida crítica de calidad y seguridad. Cocinar la carne en su punto adecuado permite:
- Eliminar microorganismos patógenos, como Salmonella o E. coli.
- Conservar la jugosidad y sabor del producto.
- Aumentar la satisfacción del cliente, al cumplir con sus expectativas.
- Reducir desperdicios, gracias a una cocción precisa que evita la sobrecocción.
Las temperaturas ideales varían según el punto deseado:
- Poco cocido: 48 °C
- Al punto: entre 58 °C a 62 °C
- Bien cocido: más de 70 °C
Evaluar el punto: más allá del ojo del chef
Tradicionalmente, los chefs han usado el tiempo de cocción, el color y el tacto como referencias. Sin embargo, estos métodos son subjetivos y pueden fallar, especialmente con diferentes tipos de cortes y volúmenes. Por eso, la herramienta más precisa sigue siendo el termómetro o sonda de núcleo, que mide la temperatura interna exacta.
La clave: hornos combinados
En esta búsqueda por la excelencia culinaria, los hornos combinados Prática se posicionan como aliados estratégicos.
Estos equipos emplean calor seco, vapor y combinación de ambos, ofreciendo una cocción uniforme y controlada. Sus ventajas incluyen:
- Control exacto de temperatura y humedad, lo que permite una cocción más precisa y homogénea.
- Versatilidad culinaria: asar, cocinar al vapor, gratinar, regenerar alimentos, entre otras funciones.
- Automatización de procesos gracias a sondas de núcleo integradas que garantizan el punto ideal de cocción.
- Reducción de desperdicios y ahorro energético, lo que mejora la rentabilidad operativa.
- El golpe térmico inicial sella la carne, la que se cocina con el jugo en su interior; al introducir el cubierto en el plato sale vistosa y sabrosamente el jugo de su interior, provocando una muy agradable sensación y sabor inigualable. Esto se logra en los hornos gastronómicos que Practica tiene y ofrece como interesante opción.
La sonda de núcleo, en particular, es un elemento esencial. Su diseño tipo brocheta o pincho permite medir la temperatura interna de la carne con máxima precisión.
Algunos modelos incluso incluyen múltiples puntos de medición, optimizando tanto la seguridad alimentaria como la calidad del plato final.
Un futuro más eficiente en la cocina
La implementación de hornos combinados como los de Prática transforma por completo la operación en cocinas profesionales. No solo elevan la calidad del producto final, sino que también aportan eficiencia operativa y estandarización, dos factores clave en la gestión de establecimientos gastronómicos modernos.
En resumen, lograr carnes jugosas y sabrosas va más allá del talento del cocinero: requiere conocimiento técnico, estándares de cocción claros y equipos de alto rendimiento.
Con el apoyo de la tecnología Prática, los restaurantes pueden garantizar siempre el punto exacto, deleitando a sus comensales con cada bocado.